Convocatoria:

Convoco a los que todos los días
Se levantan y salen a yugarla
por migajas que no alcanzan,
a que se revelen.
Convoco a los que todos los días
vacilan en ir o no ir
al templo que envejece los corazones.
Convoco a los que caminan sin rumbo
en una tarde cualquiera
buscando encontrar una razón.
Convoco a los pacíficos
que no están cumpliendo con su deber
a pesar de sus buenas intenciones.
Convoco a los que no comen lo suficiente
ni se abrigan lo necesario
y tienen sed torrencial.
Convoco a los pequeños de ambiciones
que dejan a los demás
ambicionar más de la cuenta.
Los convoco a dar vuelta el pulóver
a pegarle al prepotente y a escupir
en la cara a los que no han sido convocados.
Los convoco a romper lo que no sirve,
a perpetrar los robos necesarios
y recuperar lo perdido.
Los convoco a cagarse en el miedo
y patear las puertas donde
encerrados están los condenados.
Los convoco a abrir las cárceles,
a ventilar las tumbas y a levantar
las calaveras de los hermanos heridos de muerte.
Los convoco a abrazarse en
las plazas del país, a escribir los muros
y a fusilar a los fusiladotes.

Los convoco a no atar nada
sino a despedazar las cadenas.
Los convoco a agitar banderas y colores
y correr liberados por las calles
y por los campos húmedos de rocío.
Los convoco a ser sinceros,
a putear a los hijos de puta,
a desobedecer al tirano,
a amar sin límites y a odiar.
Y si a esta convocatoria
por impolítica no concurre nadie ¡mala leche!
quedan entonces convocados
al entierro de la vida
del que tuvo esta pésima idea.
Si a esta convocatoria vienen algunos
pero no todos los convocados, no importa
en la próxima seremos más.
Y si a esta convocatoria
vienen todos los convocados
la cordura habrá invadido en revolución
nuestro país para siempre.

Eduardo Pereyra Rossi (Carlón)